Christian Bryant Acabará con un concepto erróneo de marketing común o desmenuzará términos dentro del ámbito de la mercadotecnia en línea que nunca deberían haberse convertido en sinónimos.
La diferencia entre la publicidad directa y el marketing de contenidos es bastante sencilla.
La publicidad directa, a menudo sinónimo de marketing directo, es una solicitud o anuncio impulsado directamente por una marca o sus agentes de distribución. Casi siempre se trata de una oferta de la marca a un cliente basada en la comprensión de la marca de la voluntad o capacidad de un público segmentado para comprar algo.
¿Ha recibido alguna vez una multa por exceso de velocidad y unos días después su buzón está lleno de cartas de varios bufetes de abogados locales? Esto es publicidad directa. Han visto que, debido a una infracción de tráfico, es posible que necesites un abogado en un futuro próximo y están dispuestos a ofrecerte sus servicios.
El marketing de contenidos consiste en colocar deliberadamente activos (contenidos) de valor antes de la venta de forma no solícita, o significativamente menos solícita. El marketing de contenidos consiste en suprimir la compulsión de interrumpir con mensajes de marca. Ofrece más valor a las personas al intentar saber más sobre ellas y lo que aprecian, y luego se lo da gratis en un proceso que puede llevar a una relación marca-cliente en los términos del cliente.
Kraft Foods ha creado un micrositio lleno de recetas gratuitas. Te invitan a dar o tomar ideas de recetas para arreglar comidas que de otro modo serían poco interesantes, e incluso puedes imprimir, enviar por correo electrónico o por mensaje de texto un formato de lista de la compra a otro miembro de la familia. Esto es marketing de contenidos. Kraft le ha ofrecido estas sugerencias de recetas, de forma gratuita, con el fin de establecer una relación.
La principal diferencia entre ambos es el valor que pretenden aportar.
La publicidad directa rara vez tiene la intención de ofrecer valor, sino que suele enviarse directamente a una lista de personas que cumplen unas normas específicas, partiendo de la base de que la probabilidad de que sean receptivos a esa solicitud es mayor. Su intención es, en gran medida, entregar a una lista solicitudes de concienciación sobre la marca o la oferta.
La intención del marketing de contenidos es comprender mejor a los clientes potenciales para poder atender mejor sus necesidades. Ofrece libremente investigaciones, datos, recursos, herramientas, artículos, vídeos y libros blancos en un intento de que los clientes potenciales vean y utilicen el valor del contenido.
Una es una apuesta, y la otra es más bien una inversión.
A lo largo de la última década, los responsables de marketing de las marcas han trasladado lentamente sus presupuestos del marketing directo al de contenidos. El marketing de contenidos cobrará aún más fuerza cuando haya suficientes pruebas sólidas de que puede ayudar a conseguir un compromiso más profundo con programas de contenido de menor coste, atrayendo a las audiencias que más importan.
